Ya no somos modernos: Pista 05 'Hyperballad'
Hyperballad, uno de los grandes éxitos de la primera etapa musical de Björk, sirve para introducir el quinto capítulos de la serie Ya no somos modernos
Ya no somos modernos es una novela de Jota Martínez Galiana. Una obra literaria atravesada de música que la editorial Eutelequia publicará en marzo. El Fiera, un joven licenciado oriundo de un pueblo de Valencia fronterizo con La Mancha, viaja en tren a éste desde la capital tras visitar a un amigo de la infancia recién casado. Las canciones del CD que va escuchando evocarán los sucesos y sentimientos que han marcado su juventud y adolescencia y conforman la estructura del libro: trece canciones que se corresponden a los trece capítulos (o pistas) del libro, que Elepé adelanta en una serie de artículos del propio autor.
Pista 03: Hyperballad
Intérprete: Björk
Autores: Björk
Álbum: Post (Elektra, 1995)
"No hay que tener miedo a enfrentarse al pozo oscuro, a escuchar el sonido de la quincalla, de los coches reventados, de las piezas de un motor que ya nunca funcionará. Desde la montaña más alta se divisan las vistas más preciosas. No es suficiente. Entre la cumbre y el paisaje media siempre un vacío inexpugnable, una tragedia existencial."
Una mujer que vive en la cima de una montaña tiene un ritual cotidiano: sale al alba de su casa mientras su pareja duerme y se acerca al borde de un acantilado, donde empieza a arrojar cualquier objeto que haya encontrado: piezas de coche, botellas, cubiertos. Observa fascinada su caída mientras alberga en su seno la secreta fantasía de ser ella quien se despeñe. Esta es la historia de una de las más sublimes, y hay dónde elegir, composiciones de la artista que puso a Islandia en el mapa sonoro.
Hace ya un tiempo que me tiene desconcertado y le he perdido la pista, pero a los tres primeros discos de Björk Gudmundsdóttir, y en especial el magnífico Homogenic, los considero compañeros de por vida. Hyperballad es una de esas canciones capaces de transportarte tanto a los momentos donde la escuchaste por primera vez como al escenario en el que se desarrolla. Uno cierra los ojos escuchándola y regresa a aquella noche en que sonó en su pub de cabecera y le erizó los oídos, y al mismo tiempo vuela a una atalaya de hierba sobre el mar del norte. La magia de la música nos regala el don divino de la ubicuidad, nos permite estar al mismo tiempo en un garito meridional y en un precipicio septentrional. En ese sentido, su título cobra también mucho sentido, es una hiperbalada, una canción que, como el hipertexto, te lleva a otros sitios si te posas sobre ellla.
Al igual que la protagonista de la canción, el Fiera también se asoma voluntariamente al pozo que halla en los brazos de una mujer que sabe que no le conviene, haciendo caso omiso del vértigo, por curiosidad morbosa y por una atracción al vacío no exenta de un íntimo deseo de autodestrucción. O, al menos, de empujarse hacia profundidades abisales que jamás había contado con visitar.