Ya no somos modernos: Pista 04 'Beercan'
La cuarta entrega de Jota Martínez Galiana relacionada con su libro Ya no somos modernos está inspirada por el ecléctico artista Beck y su canción Beercan
Ya no somos modernos es una novela de Jota Martínez Galiana. Una obra literaria atravesada de música que la editorial Eutelequia publicará en marzo. El Fiera, un joven licenciado oriundo de un pueblo de Valencia fronterizo con La Mancha, viaja en tren a éste desde la capital tras visitar a un amigo de la infancia recién casado. Las canciones del CD que va escuchando evocarán los sucesos y sentimientos que han marcado su juventud y adolescencia y conforman la estructura del libro: trece canciones que se corresponden a los trece capítulos (o pistas) del libro, que Elepé adelanta en una serie de artículos del propio autor.
Pista 04: Beercan
Intérprete: Beck
Autor: Beck / Stephenson
Álbum: Mellow Gold (DGC, 1994)
"Movido por aún no sé qué impulso irrefrenable, le pegué fuego a la vida y solo deseaba danzar en torno a esa hoguera de dientes brillantes, de seres desenfocados, de cerdos en llamas. Quería saltar por los aires sin pensar que mañana sería lunes, quería sacudirme la rutina de la semana como quien se sacude el polvo de las botas tras haberse asfixiado atravesando el desierto de los días laborables."
Beck me gusta a ratos. Es decir, que hay discos suyos que me gustan mucho, otros no tanto y también los hay que no me interesan para nada, dicho sea sin acritud. A quien te robó el corazón con Loser, y en especial con ese estribillo en el que todos los pringadillos que soñábamos con dejar de serlo nos vimos reflejados, se le perdona todo. Entre los discos de Beck que más me gustan se encuentran Mellow Gold y Odelay, y es en el primero en el que se incluyen tanto el himno anteriormente citado como Beercan, la canción que inspira el cuarto capítulo de Ya no somos modernos.
Se dice que Beck Hansen no lo tuvo fácil en sus inicios en la música, que su viaje a la costa Este para captar las esencias del antifolk y su regreso a la costa Oeste para interpretarlas a su manera no fueron precisamente un camino de rosas. Que tocó en la calle y en los autobuses públicos, que durmió en infraviviendas y entre ratas. Creo que Beercan es una canción tan pegada a la calle como las líneas del asfalto, con una melodía amable y un tanto marrullera, con una letra plagada de imágenes potentes, que habla, o eso me parece a mí, de vivir al día a día deambulando con lo puesto bajo el sol de California.
Es una canción poblada de personajes anónimos, de multitudes en movimiento, y por eso me pareció que iba muy bien para acompañar las descripciones que el Fiera hace del after de los lunes, un garito junto al mar donde desembocan muchos de sus fines de semana, un islote en el istmo que separa el sabadomingo de los días laborables donde, además, una sirena le espera para engatusarlo con unos ojos verdes poblados de monstruos y nubes tormentosas.