Ya no somos modernos: Pista 03 'Firestarter'
La tercera entrega de Ya no somos modernos de Jota Martínez Galiana nos traslada hasta la escena rave que se hizo popular a mediados de los noventa
Ya no somos modernos es una novela de Jota Martínez Galiana. Una obra literaria atravesada de música que la editorial Eutelequia publicará en marzo. El Fiera, un joven licenciado oriundo de un pueblo de Valencia fronterizo con La Mancha, viaja en tren a éste desde la capital tras visitar a un amigo de la infancia recién casado. Las canciones del CD que va escuchando evocarán los sucesos y sentimientos que han marcado su juventud y adolescencia y conforman la estructura del libro: trece canciones que se corresponden a los trece capítulos (o pistas) del libro, que Elepé adelanta en una serie de artículos del propio autor.
Pista 03: Firestarter
Intérprete: The Prodigy
Autores: Dudley / Flint / Horn / Howlett / Jeczalic / Langan / Morley
Álbum: The Fat of the Land (XL, 1997)
"A veces, las ideas encienden hogueras que acaban en incendios que te arrasan la cabeza. La tentación de ser pirómano: la fascinación ante el poder de destrucción, no del fuego, sino de uno mismo como dueño y señor del fuego"
Aunque ahora ya no sean capaces ni siquiera de llenar recintos de capacidad media en ciudades de provincias, conviene recordar que hubo un tiempo en que The Prodigy cortaban el bacalao y que su nombre aparecía en letras bien gordas en los carteles de festivales de todo el planeta. Todo gracias a un disco, The fat of the land, que nos muestra a un grupo en estado de gracia. Y es que si bien sus dos trabajos anteriores eran excelentes discos de electrónica para escuchar al aire libre, The fat of the land es una sucesión de temazos para danzar apretando los dientes al borde del abismo.
Este desfile de canciones con músculo, de bajos consistentes y percusión macarra, es una demostración de que la electrónica puede generar el mismo nivel de agresión sonora que el rock -de esto ya habíamos tenido noticias gracias a malas bestias como Aphex Twin o Atari Teenage Riot-, y además, presentarse en forma de singles irresistibles que se ganen al gran público. Hubo quien dijo que The Prodigy eran los Sex Pistols de la electrónica. No creo que fuera ni de lejos para tanto, pero sí es cierto que su propuesta no se basaba en canciones de cuna ni en el buen rollo, sino en justo lo contrario: eran la banda sonora perfecta de los bajones, malos rollos y pesadillas post-rave. Los sudores de la muerte condensados en píldoras amargas de ritmos chungos que no dan tregua.
The fat of the land es para mí es uno de los discos fundamentales de los 90 y tenía claro que quería servirme de uno de sus temas para ambientar el año en que el Fiera decide, según sus propias palabras, "conocer las dimensiones exactas del infierno". Cuando te gustan tantas canciones de un solo disco, al final eliges la que más te conviene, y dado que para las primeras mediciones el Fiera cuenta con un guía, el Morse, tuve claro que él era el "pirómano retorcido, instigador gamberro" al que hace alusión la canción.