Wall of Sound: La técnica que cambió el pop
Phil Spector, un genio del siglo XX, empezó en los años 60 a emplear una técnica conocida como Wall of Sound o muro de sonido, que cambió el rumbo del pop
Corrían los primeros años de la década de los sesenta cuando un jovencísimo Phil Spector, uno de los mayores genios de la historia de la música, daba con una técnica de grabación que iba a cambiar para siempre el rumbo de la industria fonográfica en el mundo: Wall of Sound (muro de sonido). A través de la superposición de capas de de audio, empleando técnicas de doblaje de canales, las primeras cámaras de reverberación, maquinas de ecualización y grabadores a cinta el joven artista creó un sistema de grabación y mezcla que dotaba a las canciones de peso y potencia.
Spector se refirió a esta técnica como:
el enfoque de Wagner para el rock & roll
Dicha afirmación no iba nada desencaminada. Esta mejora en las técnicas de grabación permitía, además de obtener un sonido más compacto y potente, que las canciones sonaran mucho mejor a través de medios como las radios AM o los jukeboxes monoaurales instalados en muchos bares y restaurantes en Estados Unidos, lo que permitió crecer a la industria en muy pocos años.
No pasó mucho tiempo desde que Phil Spector empleara el Wall of Sound en el single Be My Baby de The Ronettes, hasta que muchos grupos de la escena británica y estadounidense quisieran hacerse con los servicios del artista para la producción y mezcla de sus discos.
Una de las primeras referencias notables en las que se hace uso (y abuso) del muro de sonido es Let It Be de The Beatles, último álbum de los cuatro de Liverpool.
Productores como Brian Wilson (compositor principal de los primer trabajos de The Beach Boys) llegaron a obsesionarse tanto con el método que llegaron a volverse literalmente locos e intentaron mejorarlo sin mucho éxito. Sellos como Motown adaptaron dichas técnicas para crear nuevos sonidos y llevar estilos musicales como el soul y el funk a liderar la Billboard 200 durante un par de décadas.
El descubrimiento de la técnica Wall of Sound dio paso a lo que hoy en día se conoce como Loudness War o Guerra del volumen. Batalla librada en las salas de masterización y en la que los ingenieros tratan de aumentar los volúmenes de cualquier grabación al límite sin que el tema final distorsiones, destrozando los rangos dinámicos naturales de la música.
Ya en el siglo XXI, y a excepción de algunos casos aislados, nadie ha vuelto a emplear el Wall of Sound en sus producciones. Sólo algunos grupos han tratado de reproducirlo en sus trabajos empleando equipos de procesado dinámico vintage, pero sin lograr el mismo resultado, aunque sí obteniendo un sonido cálido, alejado de los sistemas de grabación basados en software que desde los noventa se han asentado en los estudios de todo el mundo.
Trabajos destacados del Wall of Sound
- Pet Sounds y Smile de The Beach Boys
- A Night At The Opera de Queen
- Waterloo de ABBA
- Let It Be de The Beatles
- Born To Run de Bruce Springsteen
- Return to Cookie Mountain de TV on the Radio