Un paso más en la creación de música a partir de la impresión en 3D
El ingeniero neozelandés Olaf Diegel ha sumado el saxofón a su lista de instrumentos impresos en 3D, demostrando de lo que esta nueva tecnología es capaz
Comprarse un instrumento hoy en día puede llevarnos a estar ahorrando más tiempo del que proporcionalmente puede aguantar nuestra cabeza. El encarecimiento de éstos, a causa del minucioso trabajo de los artesanos que lo realizan, actúa de freno para aquellos que quieren iniciarse en este mundillo y no disponen de recursos para costearlo.
Aunque se trate todavía de un artilugio para entusiastas, las impresoras en 3D se han convertido en la gran tendencia actual. Olaf Diegel, un profesor de mecatrónica e ingeniero neozelandés ha sido el responsable de la fabricación de varios tipos de instrumentos impresos en 3D en los últimos años. La banda de rock 3D Printed Band de la que es integrante, ha demostrado que instrumentos creados a partir de la impresión en 3D como los teclados, una batería, guitarras, un bajo, y hasta incluso un sintetizador, pueden ser viables como una alternativa más a los instrumentos tradicionales.
Olaf Diegel creó todos estos instrumentos a partir de un material denominado Duraform, una prima plástica que combinada con el metal y la madera, permite la fabricación de piezas plásticas complejas con una resistencia consistente. Todo han sido retos para este inquieto ingeniero, pero ha querido jugar con sus capacidades para crear el instrumento más complejo realizado hasta ahora: Un saxofón.
6 meses de duro trabajo y 41 piezas montadas al milímetro, junto unos cuantos muelles y tornillos para poder sostener todo el enjambre de piezas, han tenido como resultado un saxofón de 575 gramos. A pesar de la utilización de materiales externos a la impresión como son los tornillos, el ingeniero ya ha prometido que solucionará esta dependencia en sus próximas creaciones.
“Esperaba que las partes impresas en 3D afectaran a la parte acústica del instrumento de forma notoria, pero la diferencia ha sido muy leve.”
Olaf Diegel
Con una delicadeza y paciencia que sólo este hombre sabe, el saxo impreso se basó en un saxofón alto, y a raíz de la recreación de cada una de las piezas en software CAD se procedió al proceso de impresión de cada ellas y a su ensamble. Inquietudes y sonidos que no suenan en absoluto a aberración y que pueden ser una buena alternativa para los más aficionados en el mundo de la música.