Neveras, discos raros y extravagancias
Algunos artistas han experimentado con los formatos de sus trabajos, logrando en muchos casos fracasos comerciales estrepitosos, pero mucha publicidad
No todos los trabajos que se han editado a lo largo de la historia han sido distribuidos o presentados en formatos estándar. Algunos de estos "experimentos" han creado controversia, han provocado rechazo o simplemente han sido ignorados por el público. Vamos a repasar algunas de las obras que buscaban provocar sensaciones diferentes en el oyente o simplemente llamar la atención de los medios.
Tres décadas tarde
En 2011, la banda de indie rock RTB2 decidió editar su álbum We Are A Strange Man en cartuchos de 8 pistas. Este sistema tuvo una gran aceptación en Estados Unidos entre las décadas de los sesenta y ochenta, entre otras cosas porque podía emplearse en los automóviles. Con la aparición del casete, los cartuchos de 8-pistas desaparecieron y hoy en día sólo es posible encontrar reproductores en algunas subastas o casas de empeño.
100.000 £ por una nevera llena de discos
A finales de los sesenta, apareció en escena una banda de música avant-garde llamada The Residents y que ha editado más de un centenar de referencias a lo largo de su carrera. El grupo decidió en 2011 contentar a sus fans más adinerados ofreciendo boxset un tanto particular: una nevera con cuatro decenas de vinilos, 50 CDs, varios singles, directos en DVD y merchandising de todo tipo. El precio: 100.000 libras.
Soporte erróneo
Sony inventó en los noventa un formato llamado MiniDisc y que tuvo cierta aceptación entre músicos profesionales, pero que dado su sistema de grabación (a tiempo real), no caló entre el público en general. El grupo de electrónica Gescom editó un álbum titulado MiniDisc en dicho formato, el trabajo estaba compuesto por 88 pistas y la intención de la banda es que fueran reproducidas aleatoriamente.
En tema para dejarte helado
Shout Out Louds, grupo de indie sueco, decidió publicar su single Blue Ice en un disco de hielo. Para distribuirlo la banda incluía un molde y un botellín de agua para rellanarlo. Una vez congelado, el sencillo podía ser reproducido en un giradiscos estándar. El trabajo no tuvo mucho éxito en países caribeños (badumtssssss!).
No aburrir como objetivo
El formato álbum puede resultar un tanto pesado para según qué estilos. Por eso, la Spazz, grupo californiano de hardcore, editó su single Funky Ass Li’l Platter/Spazz's Hemorrhoidal Dance of Death en un vinilo de una pulgada. El disco debía ser reproducido a 78 RPM por la cara A y a 33 RPM por la cara B. Pese a la originalidad del invento, sólo se distribuyeron 14 copias.
Cuatro reproductores simultáneos
Flaming Lips, grupo de rock experimental de culto en medio planeta, apostó por un formato diferente con el lanzamiento de Zaireeka (juego de palabras compuesto por Zaire y Eureka, de nada). El álbum, compuesto por ocho cortes, se editó en cuatro discos, los cuales debían ser reproducidos en sincronía para poder escuchar correctamente las canciones. Muchos compradores estarán eternamente agradecidos Wayne Coyne por el trabajo (que incluía manual de instrucciones).
Reproducción: Imposible
Ynys Enlli, matemático galés aficionado a la producción musical, decidió publicar un sencillo (YGAM) en cilindro de fonógrafo, el sistema inventado por Edison y antecesor del vinilo, en pleno siglo XXI. Sus seguidores, emocionados con el lanzamiento, tuvieron que inventar reproductores para escuchar la canción, ya que dicho sistema no llegó jamás a fabricarse en serie.