Industria, melómanos y músicos llorarán la muerte del CD
EL CD desaparecerá en los próximos años y el fin de este soporte será una buena noticia para unos y todo un problema para otros, analizamos su fin
Poco a poco, de un modo mucho más lento que antepasados suyos como el vinilo o el casete, el CD está desapareciendo del mercado en detrimento de los formatos digitales y las plataformas de emisión a través de streaming. La caída de este formato, que pasará a la historia por provocar la revolución digital de la música a finales de los ochenta, ha sido el último que ha mantenido algunos viejos cánones que los músicos actuales echarán de menos y que dentro de una década prácticamente habrán sido olvidados, como el concepto de álbum.
El luto de la industria
No nos cansamos de repetirlo: la industria musical ha llegado tarde siempre y trata de arreglarlo todo con lamentos y cheques. Las grandes distribuidoras del mundo lamentarán la desaparición del CD por varios motivos:
- Los márgenes de beneficio con los discos físicos es altísimo (aunque no tanto como con los nuevos sistemas).
- Muchos artistas necesitan de un sello y una distribuidora para poder editar un CD, los formatos digitales han acabado con los dos eslabones de la "cadena" que más dinero ganaba.
- Adiós a los trabajos trampa. Hasta hace bien poco, parte de los consumidores compraban un álbum guiado única y exclusivamente por el sencillo, el cuál muchas veces se colaba en las radiofómulas empleando técnicas tan éticas como la payola.
- Cierre de factorías. Sony, por ejemplo, tenía varios complejos industriales dedicados a la fabricación e impresión de discos compactos.
El lloro del artista
Pese a que muchas de las plataformas modernas benefician en gran parte al productor, los artistas que se han asentado al sistema clásico de comercialización y distribución, lamentarán la "desaparición" del CD:
- Fin de la idea de álbum como recopilatorio de canciones para contar una historia o como conjunto artístico, dado que ahora cada canción se vende (o se puede servir) independientemente.
- La venta de la parte por el todo en la escena mainstream llega a su fin.
- El distanciamiento con el melómano de base, que se mantiene al margen del mundo de Internet y colecciona volúmenes físicos.
La pena del usuario
Como casi siempre, uno de los mayores afectados, será el usuario final, a merced de las compañías y la evolución tecnológica:
- Seguirá pagando un producto de peor calidad a un alto precio (algunos ficheros digitales no tienen la misma calidad que la de los CDs).
- La falta de comercios en los que se vendan CDs obligará al usuario a recurrir a grandes superficies o tiendas virtuales.
- Los coleccionistas se verán obligados a ripear sus álbumes en formato físico, dada la falta de previsión de la industria y la falta de medios por parte de las discográficas. Sólo algunas plataformas han implementado procesos que permitan la obtención directa del disco en audio digital.