Hoy se cumplen 20 años de la resurrección comercial del punk
El punk volvió a las listas tal día como hoy en 1994 y esta vez lo hizo para quedarse... O para morir de éxito. Descubre quién encendió de nuevo su mecha
Hoy, día 1 de febrero, se cumplen veinte años del lanzamiento al mercado de un disco que cambiaría la historia del punk. Se trata de Dookie, tercer disco en la carrera de Green Day que serviría para catapultar a la banda de Berkeley a la fama y devolver a la palestra un género que permanecía en el underground.
Y es que el punk se popularizó enormemente en los años 70 a través de bandas como The Clash, Ramones y Sex Pistols, viviendo su cénit en 1977 para fagocitarse a sí mismo no mucho después. Al fin y al cabo era lo que cabía esperar: el movimiento punk en la música surge como contestación a la deificación de muchas bandas de rock que han perdido todo contacto con la realidad social y, en particular, con la clase obrera. Por tanto, en teoría, las bandas no tenían la intención de consagrarse en lo más alto de la fama y continuar alimentando la máquina contra la que se habían levantado.
Pero esto no significa que el género desapareciese, ni mucho menos. Adscritas a un circuito alternativo fueron muchos, y algunos muy buenos, los que continuaron consolidando un estilo y un circuito musical durante los años ochenta que por definición se alejaba de los postulados que reclamaba la industria musical para triunfar. Y si el punk al principio tuvo gran repercusión en Inglaterra, recogió el testigo California a través de grupos como X, Social Distortion o Circle Jerks.
Tras una década, la de los ochenta, en la que el hard rock y el heavy metal dominaron las listas de éxitos en el rock, explotó el llamado rock alternativo a principios de los noventa con grupos como Nirvana, Soundgarden y Pearl Jam. Se atacaba la banalización del panorama musical y se denunciaba la desafección de la juventud respecto a un sistema que no la tenía en cuenta. Este caldo de cultivo que creó el grunge allanó el camino para que Dookie triunfase en el momento de su publicación.
Hay que decir que si Dookie triunfó posiblemente fue por lo llevadero de su sonido. La verdad es que estaba a caballo entre el sonido de grupos como Dead Kennedys y el de otros como Pixies. En resumen, se podía considerar un disco de powerpop. Ojo, un disco muy bueno de powerpop en cuanto al sonido pero lo cierto que con un mensaje muy ácido y nihilista. Este éxito propició que el punk volviese a la palestra y bandas de Los Angeles y San Francisco sobre todo empezasen a vender discos como churros y a salir del anonimato al que estaban acostumbrados.
En esto también tienen mucho que decir The Offspring con Smash (cuarto disco del grupo), trabajo que vio la luz en abril de 1994. Éste, de un sonido mucho más duro que el de Green Day y lanzado a través de circuitos de distribución independientes (Green Day lo hizo en una multinacional), consiguió un meritorio éxito y puso en el mapa a Epitaph, discográfica propiedad de Brett Gurewitz (Bad Religion) y pieza clave en la resurrección del género. No en vano en la actualidad Smash continúa siendo el disco más vendido de la historia por un sello independiente.
Pero esta vez la industria de la música estaba preparada y no iba a suceder lo mismo que en los setenta. Ahora ya tenía los mimbres para acoger en su seno cualquier tipo de movimiento musical por contestatario que fuese y sacarle un rendimiento económico brutal. En consecuencia, el término musical alternativo se desvirtuó y dejó de referirse a un medio de producción y distribución para pasar a ser un sonido y, desgraciadamente, una estética a través de la cual vender un producto. El punk, por supuesto, se vería también afectado y grupos como Blink 182, Sum 41 o My Chemical Romance suavizaron enormemente el estilo. Finalmente, con cantantes como Avril Lavigne terminó por pervertirse del todo.
Pero hay que señalar que aunque muchas bandas se prestaron a traicionar principios que habían sido su bandera años atrás, como los propios The Offspring o Green Day (y esto no significa que luego hiciesen discos malos), hubo quien hizo oídos sordos a los cantos de sirena de los grandes contratos discográficos. NOFX, Rancid o Pennywise, por nombrar algunas muy populares del momento, se mantuvieron fieles a sus ideas y actuaron en consecuencia a lo que siempre habían defendido.
Veinte años más tarde el punk a nivel musical (que no social) ha sido asimilado perfectamente y puede ser un género tan mainstream como cualquier otro. Pero por fortuna todavía hay quien todavía lo respeta… Tan sólo hay que echar un vistazo a los catálogos de Epitaph, Hellcat, Fat Wreck Chords, Burning Heart o Suburban Noize, por nombrar unos pocos.