El compromiso social como estrategia para vender discos
Muchos artistas han tardado años en darse cuenta de que estamos sumidos en un grave crisis y ahora los plasman en sus discos. ¿Se trata de una estrategia?
La crisis económica que se inició en 2007 y cuyos efectos están resultando devastadores ha dado pie a que muchos artistas hayan decidido apostar por ofrecer un mensaje social más cercano a la realidad, que describa los problemas actuales de la sociedad, la cual está viendo como se desahucia, se recortan derechos y se arrasa el llamado estado de bienestar.
Es de agradecer que muchos artistas ofrezcan material gratuito, abaraten las entradas de sus conciertos y muestren públicamente rechazo a las medidas que afectan a la mayoría de personas en Occidente. También es importante destacar la labor de aquellos músicos que, desde antes del estallido de la burbuja económica, han defendido en sus canciones los derechos de la mayoría y han “luchado” por mejorar el mundo.
El problema viene cuando tardas cinco años en darte cuenta de que las cosas están mal, pasar de celebrar lo bien que alguien sabe "hacer café" o desear “un beso de una flaca”, a la crítica social facilona y a los tópicos que agradarían a cualquiera, sea partidario de lo que sea.
Presentar un nuevo disco "que refleja la situación convulsa actual" a través de una rueda de prensa, es en mi opinión tendencioso e hipócrita. Esta reflexión surge a partir del anuncio del lanzamiento de Somos de Jarabe de Palo en junio de este año y se me plantean las siguientes preguntas:
- ¿Tan alejados han vivido los artistas "pop" de la realidad como para tardar tanto tiempo en expresar su descontento?
- Muchos de los que ahora muestran su desencanto, han apoyado proyectos contra la pirtaría como la Ley Sinde: ¿Esperan que sean los parados o los desahuciados los que vayan a la tienda a comprar sus "discos protesta"? ¿Se quejarán públicamente si la gente copia estos trabajos?
- ¿Son canciones sinceras o sólo un reclamo para vender mayor número de álbumes? (Cabe recordar que la industria musical española lleva más de una década a la baja)
- ¿Cambiarán de nuevo su registro si todo se arregla? ¿Critican al sistema o el que no estemos es una situación tan cómoda como la de 2005?
Quiero creer en la buena fe de Pau Donés y el resto de artistas que ahora están comprometidos con la realidad, pero la venta de discos a través de una multinacional puede que no sea un arma en condiciones para criticar la desoladora situación actual, pese a la excusa de que "se llega a mucha gente".